miércoles, 6 de mayo de 2009

O con la otra

- Estoy tan deprimida que ni siquiera me siento protagonista de mi puta vida.

- No mames. ¿Qué carajo significa eso?

- Significa que me siento de la chingada y...

- Ay ya deja eso. Chíngate otra chela.

- ...y que lo voy a llamar.

La deprimida aceptó la lata de cerveza que la buena amiga le tendió. La buena amiga la miró fijamente y elevó enseguida los ojos al cielo. A continuación prendió un cigarro idiota.

- No seas pendeja. ¿Para qué?

- Porque quiero. ¿Qué? ¿No puedo?

- Cómo eres pendeja - repitió la buena amiga.

La deprimida jugueteó con el celular sin obtener aparente respuesta. Un cigarro idiota es aquel que luce bien pero sabe mal. Como muchos novios.

- Ay tontis...te dije que no tenía caso llamarlo.

- No me contestó el imbecil. Ha de estar de viaje otra vez...

- O con la otra - completó la amiga en sotto voce.

El idiota - cigarro - cambió de manos y casi se secó de la aspiración tan profunda a que fue sometido por la depre. La amiga operaba de forma concentrada la lista de música en la Mac, actividad que requería un buen noventa por ciento de su capacidad de análisis. La depre, conocedora de esta condición de su amiga, la dejó tranquila y bebió de su cerveza en silencio.

- Es un imbecil.

- ...

- ¿Por qué madres el idiota no me llama?

- ¿Será porque anoche terminó contigo? - preguntó retóricamente la amiga que por fin había terminado la difícil operación de programar las cinco próximas canciones.

- YO terminé con él.

- Cada quien tiene su puta versión. Ya decídanse. Y pásame el cigarro.

- Sabe horrible.

- Pero bien que te lo estás fumando, babosa.

- Sí. A veces hago tonterías.

- Lo sé. Y que bueno que te terminó. Estás loca.

- ¡Coño! Que YO lo terminé.

El celular de la depre suena.

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