jueves, 16 de julio de 2009

Partido Científico Mexicano

Los verdes tienen uno. Los políticos claro que tienen también. Los soñadores, los idealistas, los arcanos oscurantistas. Casi todo el mundo tiene uno en el cual desahogar sus esperanzas.

La pregunta de la vida entonces tal vez sea por qué demonios los científicos no tienen un pinche partido político que abogue por ellos y sus causas. En ello radica el problema de esa comunidad que llora, se lamenta y grita por la falta de atención y el abandono en que los gobiernos los tienen uno y otro y otro sexenio. El problema de la comunidad científica radica en su poca capacidad y/o nulo interés de hacer política.

El puesto de Director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) es el embone medular perfecto entre política y ciencia nacional. Es una posición de magnitud clave que puede lo mismo hablar al oído al presidente que convencer a la Academia Mexicana de Ciencias en diversos aspectos. Si alguien se requiere en ese cargo es a un experto navegante de ambos mares.

Los científicos nacionales deben entrar a la política. Los recursos nunca serán suficiente, sus proyectos jamás serán del todo aprobados y sus ideas ni siquiera discutidas si no se organizan para la toma de las instituciones que controlan sus gastos y autorizaciones.

Un partido científico mexicano, regido en su mismo tuétano por líneamientos apegados a la ciencia, donde la subjetividad sea mal vista, sería un grato respiro dentro de la actual maraña de lodazal representativo que tenemos.

Para cuidar que el PCM no degenere en un fiasco al estilo verde - o en general de cualquier otro color - este partido debe ser fundado cuidadosa y rapidamente. Con cuidado para que no se contamine en su esencia e idea. Con rapidez para evitar indeseables infiltraciones que minen los recursos.

Cierto es que entonces algunos científicos dejarían de hacer ciencia por estar en la política, pero es un precio loable a pagar: la cabeza de algunos dignos representantes del gremio por el avance de los demás investigadores, centros de desarrollo y líneas de trabajo. Nadie se queja de perder buenos abogados, alguno que otro ingeniero y miles de cabezas huecas que engrosan los demás partidos, no veo por qué tendríamos que llorar la partida de algunos científicos para - por una vez en la vida - hacer una buena causa común en la política nacional.

Entre las principales directivas que un partido de tal envergadura debería enarbolar podemos mencionar su interés en lograr la tan añorada sinergía investigación-desarrollo-industria que no ha prosperado nunca en México. Desde la década de los setenta cuando se puse tan de moda hablar del crecimiento del país lidereado por Pemex, y de cuya muestra se fundó el Instituto Mexicano del Petróleo para volvernos no sólo extractores sino productores de más y mejores materias primas, poco se ha avanzado en el campo de lograr que los científicos propongan cosas interesantes a la industria y que ésta retribuya a la comunidad financiando más proyectos.

Al PCM se puede invitar a todos los estudiantes de nivel superior quienes serían de entrada los más beneficiados. No hay universidad, centro de estudios o instituto que no requiera de mayores apoyos a sus líneas de investigación naturales. Muchos argumentarán que el dinero será despilfarrado en proyectos cuya relación costo-beneficio es tan mala que mejor sería botar el dinero a la basura. Faltaría decirle a ellos que sí, que el dinero muy probablemente sea derrochado y mal gastado en ciertos puntos, pero será siempre - siempre - preferible invertirlo groseramente en ciencia y desarrollo que en luchas ficticias contra el narco o lacónicas campañas electorales que a nadie, a nadie benefician.

Un partido científico no tiene por qué estar peleado con creencias religiosas, porque si algo avanza es la ciencia y con ello la perspectiva del entendimiento humano. Un partido así debe respetar credos por igual y promover su libre trascendencia, siempre y cuando no ataque ningún derecho fundamental. Un partido científico tendría corte liberal, pero debe evitar caer en la curiosa trampa del extremo, donde pertenecer a un bando te hace automáticamente enemigo del otro. Donde ser liberal es que vas a participar en cada mitín protestando por todo, y donde la única efigie a adorar es del Ché Guevara para arriba.

Se puede y debe equilibrar, y como todo científico sabe, es en la igualdad donde radica la máxima aspiración del trabajo de un científico y su obra. La ecuación de la tolerancia, el respeto, el avance y el sentido común bien repartido no debe faltar entre las aspiraciones que una organización de este tipo tiene que abarcar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Precisamente eso estaba pensando en este momento y busque si alguien mas lo había pensado ya... Me parece muy interesante y solo espero que todo lo que comentas no se quede solo en un pensamiento, me gustaría que se volviera una realidad y se que de esta forma cambiarían muchas cosas en el país. Yo estudio Ingeniería Petrolera, soy de una familia aunque no pobre, pues tampoco rica y sin duda alguna votaría por un partido de esta clase, seguramente muchos profesionistas harían lo mismo y también sus padres que seguramente son gente pobre que sacrifico todo para darle una profesión a su hijo. También votarían los ricos que con tanto esfuerzo y tanto dinero les dieron una educación en universidades privadas. Te das cuenta? se termina la incansable lucha del mexicano entre las clases sociales... Ojala viva para ver un partido político de este tipo... SALUDOS

Cristián dijo...

EXACTO, soy de Chile y veo que los mismos problemas inundan a toda latinoamerica, sin embargo, también creo que estamos muy bien, se imaginan que la política, la violencia y la religión se desarrollaran como en el medio oriente?

en america latina tenermos una ventaja, predomina el catolicismo, a mi gusto(como) el mal menor, ya que la educación catolica puede producir científicos, la evangélica no.

Creo que como sociedad tenemos retos natn grandes (global, latina y regional), que desechar el recurso de la religion católica sería necio, por otra parte, el el método científico el que debe ser aplicado en la formulación y desarrollo de políticas públicas para superar la pobreza y el cambio climático.

un partido científico parece ser esa tercera vía tan anciada, con la crísis financiera la izquierda se burlaba de que el capitalismo había caido como el muro de berlin.

pues bien, resulta que el capitalismo (estados unidos) es el que mejor se esta recuperando, por otra parte ahora ultimo (mayo 2010) la crísis económica europea, le proboca burlas a los derechistas que dicen, el estado de bienestar los tiene quebrados.

claramente no es el fin del capitalismo, ni el fin del estado de bienestar, es una mezcla cuidadosa y medida, que necesita de observación, analisis, conclusión y aplicación en nuevas políticas públicas, sin subjetividades, desde la vereda del método científico.

me imagino que de aquí a 30 años mas, van a haber muchos partidfos científicos por todo el mundo, en donde participen algunos científicos y mayoritariemnte profesionales con pensamiento científico.

"sólo derrotando a la pobreza, se puede derrotar al narcotráfco."

Saludos

Mallugabos dijo...

¡Cómo hace falta!