miércoles, 4 de febrero de 2009

Clasificado

Nos ibamos a casar. Tener hijos. Todo eso. Ya saben. Un buen día, en la plática común y corriente de los que están locos el uno por el otro, le pregunté sobre su experiencia en el ejercito.

- Hmmm...that's classified.

Mi boca nunca se ha tornado más chueca ni mi impresión ha sido nunca tan de asombro. Le recordé el hecho de que nos amabamos y todo eso - chantaje sentimental - y que habiéndome contado tantas cosas personales, lo de su experiencia militar era algo - casi - sin importancia pero que me daba curiosidad. Inocente y pura curiosidad de blogger, en términos actuales.

- Can't talk about it. It's classified. - volvió a escupir.

Y así, con esa "linda" forma de mandarme a volar, el tema jamás fue develado. Supe por cuestiones azarosas sobre su manejo de armas, un par de fotos con compañeros en las barracas y un poco, muy poco, de más o menos por dónde la habían estacionado en su servicio.

Nunca logré que hablara más del tema. Y el tiempo pasó...

Hace unos días fumaba tranquilamente en el área designada y un tipo de los US Marines (retirado, pero ellos dicen que nunca se retiran realmente, "there's not such a thing like an ex-marine") llegó de manera sigilosa. Tan callada y discretamente ocupó el lugar del que me había incorporado segundos antes que me sobresaltó voltear y encontrarlo sentado de donde recién me había parado.

Fumamos juntos y le comenté lo mucho que su acción de sentado sigiloso me recordaba a un capítulo en un libro donde un tipo húsmea en los papeles del otro mientras la victima se encuentra en el baño. El tipo chismoso es descubierto por el del baño (de grado Capitan) y se asombra del nulo ruido que había hecho en su regreso del retrete.

"Cuando vives tu vida en un submarino aprendes a andar sin hacer ruido", dice el autor. Supongo que si. La vida, literalmente, se te puede ir en ello.

Y así salió el tema de los submarinos. Me confesó el Marine que nunca había estado en uno, pero que un gran amigo suyo sí, y no en cualquier tipo, sino en uno nuclear.

Yo, el ingenuo: "¿En dónde anduvo? ¿En el Pacífico?"

"Oh well, he didn't tell me. That's classified, you know" Y otra vez la frase mágica.

Platícamos unos buenos diez minutos sobre submarinos y la vida a bordo. ¿Sabías por ejemplo que

...la estancia mínima en un submarino nuclear es de seis meses?

...puedes escoger entre recibir o no tu correo electrónico en ese periodo? El amigo de mi amigo decidía que no tenía caso pues si recibía noticias buenas o malas daba igual, no podía reaccionar a ellas porque...

...es imposible enviar correos electrónicos o hacer llamadas telefónicas? (revelan tu ubicación)

...los turnos son de cuatro horas trabajas, cuatro horas descansas, cuatro horas trabajas, cuatro horas descansas, y así?

...que en tu tiempo libre tienes permitido ver películas y jugar poquer? pero...

...que puedes emplear tus horas libres en aprender las actividades de otros departamentos del submarino distintos a los tuyos? y...

...que aprender habilidades distintas te va ganando "dolphins" en tu chaqueta de Marine y que entre más de estos Dolphins, mejor para todos?

...que haciendo muchos Dolphins vas subiendo de grado y eres más útil para el capitán y el resto de la tripulación porque puedes hacer el trabajo de cualquier otro en la nave?

Yo tampoco lo sabía. Interesante.

Y eso fue lo que me pudo contar mi fuente naval. Sin embargo, me dejó pensando en lo clasificado. Y creo que uno sólo es libre no en la medida de aquello que quiera pensar, sino en la razón de lo que pueda decir. O escribir. O compartir con el amor en turno.

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