martes, 3 de marzo de 2009

Sobre el internet

Hay pocas cosas improbables de ocurrir en el contexto mundial actual, y una de ellas es que el internet*, la red tal cual el imaginario social la entiende, deje de operar. Esto es porque su diseño, que no medular ni democrático, ha desperdigado a los principales servidores que alimentan, orientan, y conectan en puntos tan geográficamente estratégicos de la misma manera que un perro excarva y entierra su huesos en puntos que sólo él entiende y conoce por todo el patio trasero.

El internet no es únicamente la web, aunque así es entendido probablemente por un buen noventa por ciento de sus usuarios. Para lograr tu conexión a la red debes depender de un proveedor de servicio, y aquí me detengo en mi explicación dado que no quiero aburrir a los miembros de la Liga Extraordinaria (LE) expertos en redes que sé me van a sacrificar en vida si oso cometer alguna imprecisión. Digamos pues simplemente que la red es un fenómeno tan complejo que una vida de estudios apenas te hace digno de volverte experto con esfuerzos.

Todo esto viene a mi interés por la recurrente frase que escuché en una de las últimas reuniones no-LE a las que he asistido. La mujercita se disculpaba con su amigo por no haber respondido a un mensaje de correo electrónico. Como no grabé la conversación, y apenas pude preservar el espiritu de la misma en mi débil memoria, he aquí algunas de las posibles cosas que dijo. Al final, todas son lo mismo. Todas las siguientes afirmaciones comienzan con un "Es que..."

  • ...se cayó el internet.
  • ...falló el internet.
  • ...se desconectó el internet.
  • ...no había internet.
Preocupado por tal grave afirmación, repasé mentalmente el conjunto de mis fuentes de noticias técnicas a las que me sumerjo a diario. Ni Wired, ni Slashdot, ni la sección Tech del NYT, ni Google News habían reportado un ataque coordinado contra las instalaciones - algunas de ellas militares - de los trece servidores mundiales principales que almanecenan los registros DNS entre otras linduras del núcleo de la idea de lo que es el internet. Digo, de entrada habría sido imposible para mi leer sus noticias sí ello hubiese ocurrido.

Así que no, ésta niña no hablaba de un problema real con el internet, sino con el internet, dícese del cable módem que tiene en casa o la pésima calidad del servicio de su proveedor de conexión a la red.

Vaya susto.

Teóricamente, para que el internet - que no el internet - fallara en su totalidad, tendrían que atacar, destruir y desconectar efectivamente estos trece puntos alrededor del planeta al mismo tiempo, ya que aislando únicamente uno, la carga se pasaría a los otros doce, atacando diez, la carga la llevarían los otros pobres tres, y así. La red se volvería lenta y algunos dominios no podrían resolverse de manera pronta llevando esto a un caos de tráfico pero ni siquiera cerca de decir que "no hay internet".

No critico a la chica. Ella creo que es contadora, o enfermera, o algo así. Su conocimiento de las intimidades de redes informáticas están tan alejado como el mío en preparar un pato a la naranja con sufle de higado de ganso. ¿Freir o cocer? Dios me libre de esas decisiones.

Sin embargo, una vez aprendido algo, deberías usarlo y aplicarlo, y no seguir diciendo sandeces como que falló el internet. ¿Por qué? Simplemente para no provocar un paro cardíaco a un ingeniero en redes, experto en informática, investigador computacional o técnico en sistemas sentado en la misma mesa que tú durante una afirmación de tamaño pandemonium.

Piensa en la cantidad de problemas que provocaría una falla masiva de la estructura central de la red de redes. Visualiza:

  • millones de jóvenes suicidándose à la Kurt Cobain por no poder entrar a sus cuentas en Hi5, Facebook, MySpace, Fotolog y cargar mierda en línea.

  • millones de rompimientos por las relaciones a larga distancia donde uno y el otro no pueden acceder a su mensajero instántaneo favorito para decir lo mucho que se aman y enviarse fríos besos virtuales;

  • millones de casos de ataques de pánico y desesperación para aquellos a punto de enviar un reporte crítico de la escuela o del trabajo, prescripción mundial de bencendrina, aspirinas, tabletas de tafil y cosas así para calmar la ansia global;

  • millones de viajeros decepcionados y aburridos esperando confirmaciones de vuelos y reservaciones que ahora no llegaran, conformandose con ir a acampar al parque de la ciudad o hacer un miserable recorrido en auto con amigos y/o familiares cuando Paris, Honolulú, Punta del Este o Ibiza quedaban a la vuelta de la esquina;

  • millones de bloggers histéricos y violentos por no poder publicar su filosofía barata al por mayor a su séquito de fieles e incautos lectores :-O
Millones de tragedias, pues.

Así que si la bolsa cae, los políticos siguen haciendo estúpideces, el trabajo sigue siendo igual de tediosos que siempre, los amigos no están, la familia se deshace, y la programación en cable es malísima, que nada de ello nos preocupe: seguimos teniendo internet y eso es lo que único que importa.

Y si no estás de acuerdo, ¿qué haces aquí?


Haz clic para Menú principal.

Haz clic para Características especiales.

Haz clic para Final alternativo. Clic.


Millones de tragedias, pues.

El internet no es el conjunto de computadoras conectadas en red a nivel mundial, sino el poderoso uso que una masa de usuarios altamente concentrada logra ejercer de un conjunto de herramientas informáticas que se pelean por su atención constante. Ser libres en la actualidad ya involucra más cosas que la mera oposición a la opresión de un gobierno, o a la batalla contra ideas retrógadas, o la lucha contra los dominios financieros. Ser libre involucra capacidad de crítica y real independencia de un elemento como la gran red que por si mismo no es malo, pero pocas cosas que tienen ese giro realmente empiezan del lado oscuro. Esperemos ser menos de Darth Vader y más de Luke Skywalker al final.


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*La palabra Internet se escribía así, con mayúscula inicial, hasta que un buen día el editor en jefe de Wired se despertó y decidió que no, que sería publicado como internet, con minúscula. Esto fue probablemente hace unos dos o tres años. Se levantó mucha polémica al respecto y todo mundo tenía una opinión. Finalmente, quienes entendemos que Wired es a la difusión de la tecnología lo que Il Observatore Romano es a la fé católica, adoptamos - por los mismos principios de Wired - desmitificar la palabra.

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