martes, 16 de septiembre de 2008

El rey del futuro caduco

La historia de un hombre que vivió en el futuro, con otros diez, y no moría, y era el rey.

Y era el rey porque tenía ojos,

no era guapo,

no era fuerte,

no era más listo,

ni siquiera diestro con las técnicas básicas de supervivencia.

pero...

era el único que sabía leer.

y diez hombres viviendo en un futuro planeta donde no podían sembrar nada porque la tierra estaba muerta, y que no podían pescar nada porque el mar apestaba, y no podían cazar nada porque no había nada que cazar, vivían de las viandas y perecederos todavía intactos del mundo que había quedado atrás.

El Rey leía la descripción, identificaba la fecha de caducidad, comprobaba cuántos lotes habían almacenados de tal producto en tal lugar y decidía la permanencia en el mismo a falta de mejores opciones.

La mudanza ocurría cuando la comida ya los tenía hartos, o enfermos - y generalmente ambas cosas a la vez - y asaltaban un supermercado ataviados con sus máscaras de hocico de perro, que aunque feas y viejas, los mantenían vivos. La contaminación extrema nunca alcanzó a los supermercados, baluarte del consumismo que los había procreado, y sus excelentes sistemas de reciclaje de aire, anunciados con bombo y platillo para que el publico pudiera seguir comprando felizmente sin mascaras y protecciones anti-contaminación.

Un día, el hombre que sabía leer, nuestro Rey, confesó sentirse mal, y eso preocupó a sus diez guaruras y seguidores.

Ahora tendría que pasar la técnica, que por cuestiones de vanaglorismo, siempre había exagerado con gestos y sonidos teatrales. Leer podría dejar de ser el silencioso y directo arte de la interpretación de simbolos para volverse la forma por la cual un hombre podría continuar viviendo al entender las etiquetas de caducidad elaboradas años atrás.

Eso si que sería un mundo de locos.

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